El IECan edita un diario de viajes de Arthur Jean-Philibert Grasset
-Nathalie Le Brun está al cargo de la edición, transcripción y traducción de la obra
-La presentación será este viernes 29 de octubre a las 19:00 horas
El Instituto de Estudios Canarios, IECan, presenta la obra ‘Apuntes de viajes. Excursiones en las costas de Marruecos y las islas Canarias, durante los años 1877, 1878, 1879 y 1881’ del viajero Arthur Jean-Philibert Grasset. La cita será este viernes 29 de octubre a las 19:00 horas en la lagunera Casa de Ossuna, sede de la institución. La actividad será retransmitida en streaming a través de los canales de Facebook y Youtube del IECan, la asistencia al acto está limitada previa inscripción a través del correo iecanarios@gmail.com
‘Apuntes de viajes. Excursiones en las costas de Marruecos y las islas Canarias, durante los años 1877, 1878, 1879 y 1881’ es un diario de viajes póstumo del francés Arthur Jean-Philibert Grasset. El libro recoge los viajes de este explorador por las costas del norte de África y de las Islas Canarias, a los que dedicó extensas y cuidadas descripciones. Su amor por las artes, en especial por la música y la acuarela, le llevó a plasmar paisajes canarios con dicha técnica, reproducidos fielmente en la edición de la obra.
Nathalie Le Brun, profesora titular de Civilización Española de la Universidad de Estrasburgo, está al cargo de esta edición, en la que además aporta la introducción, transcripción, traducción y notas. Le Brun, quien también es miembro del IECan, recupera los manuscritos de Grasset, en los que el viajero explica y describe lo que ve en los puertos de escala en su viaje desde Argel, así como en las Islas.
A través de sus múltiples viajes a las Islas, Grasset entabló una sólida amistad con Sabino Bethelot, el naturalista y etnólogo francés, autor de ‘Historia Natural de las Islas Canarias’. Grasset conoció a Berthelot en 1854, durante su primera visita a Tenerife.
Los viajes de Arthur Grasset fueron periplos reales, y la forma del escrito elegida fue el diario, donde, como en la crónica, el tiempo de la experiencia y el de la escritura confluyen, y donde los simples apuntes alternan de manera aleatoria con narraciones continuas, y el relato de acontecimientos concretos, con comentarios de índole filosófica o descripciones realistas. Grasset era, además, un gran coleccionista de conchas marinas, aspecto que se destaca en la obra.