Este pasado martes 28 de noviembre tuvo lugar la presentación de la última actualización del Diccionario de la Lengua Española, momento que aprovechó el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, para anunciar que a partir de enero de 2024 la canaria Dolores Corbella, catedrática de Filología Románica de la Universidad de La Laguna y que ocupa el sillón “d” de la Academia, será la encargada de dirigir las futuras actualizaciones del Diccionario, papel que hasta ahora, y que por razones de edad deja su puesto vacante, Paz Battaner.

Por este motivo, hemos aprovechado para poder conversar con Dolores Corbella, antigua directora y miembro de honor del Instituto de Estudios Canarios, sobre su futuro como nueva directora del Diccionario de la Lengua Española.

¿Cuáles son sus metas y objetivos como nueva directora del Diccionario de la Lengua Española (DLE)?

El nombramiento será efectivo a partir de enero de 2024, en sustitución de mi compañera en las tareas académicas Paz Battaner.

Las metas y los objetivos del diccionario los plantea el pleno de la RAE; como directora me corresponde marcar las directrices generales para llevar a buen término ese cometido. Esto supone un reto importante porque, por un lado, estamos en una época de cambio hacia la edición electrónica, más intuitiva, dinámica y cercana a los hablantes y, por otro, se trata de alcanzar un diccionario ideal, que permita ir de la palabra a la idea y de la idea a la palabra o, al menos, que facilite ese camino. La próxima edición se presentará en 2026, fecha en la que se conmemora el tercer centenario de la publicación del Diccionario de Autoridades (1726-1739), el primero de la RAE y el que marcó el rumbo de todos los repertorios posteriores, académicos y no académicos.

En un mundo que experimenta cambios rápidos en el lenguaje, ¿cómo planea abordar la inclusión de neologismos y términos emergentes en el diccionario?

Es una decisión colegiada, de todos los académicos del pleno. Para que una palabra entre o se modifique en el diccionario general, debe pasar un largo recorrido que se inicia con la propuesta de esa inclusión o modificación, el análisis de los expertos del Instituto de Lexicografía de la RAE, que comprueban el uso efectivo de esa voz en los corpus y preparan la ficha bibliográfica en la BDL (Base de Datos Léxica), la redacción de la definición por parte de la comisión de académicos a la que se asigne, la revisión en las distintas academias americanas y, por último, el visto bueno definitivo de la comisión permanente. Es un proceso que puede llegar a durar más de un año. El resultado es la presentación pública de las incorporaciones y modificaciones, que suele hacerse a finales del mes de noviembre de cada año.

¿Cómo piensa mantener la relevancia del diccionario en la era digital y fomentar su uso en una sociedad cada vez más conectada?

Hay un cambio que es evidente: los usuarios no consultan ya el diccionario en papel sino la aplicación de internet. Y esta tiene que ser simple y compleja a la vez. No es una contradicción, el nuevo diccionario debe facilitar la consulta sencilla de una acepción o de una determinada grafía, pero también debe permitir el acceso a todas las herramientas de las que dispone la Academia para completar otro tipo de búsqueda avanzada sobre esa misma acepción o de una palabra. Esto es lo que se ha empezado a ofrecer con la incorporación de sinónimos y antónimos, otra novedad más de esta última actualización de 2023. Y para conseguir esa versatilidad en el futuro diccionario, en la Academia contamos con un equipo puntero de informáticos y de lingüistas-informáticos.

El DLE recibe más de cien millones de visitas mensuales. Es, sin duda, el diccionario de uso del español más visitado en la red. No se trata de superar esas cifras, que ya de por sí son abrumadoras; se trata de ofrecer un producto de calidad en el que el usuario pueda encontrar rápidamente lo que busca y resolver sus dudas.

Dentro del proceso de revisión y actualización del diccionario, ¿cuál es su enfoque para asegurar la objetividad y la representación equitativa de todas las variedades del español?

El diccionario, desde hace años, está editado por la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias Americanas (ASALe), lo que garantiza que todas sus novedades se incorporan de una manera consensuada. La abreviatura Esp. (España) figura como una más al lado de las abreviaturas del resto de países de nuestra comunidad lingüística. De todas formas, las fronteras de la comunidad hispanohablante son tan amplias que siempre quedará alguna palabra o alguna expresión fuera del diccionario o sin la marcación adecuada. Pero ya no tenemos los límites de espacio que ofrecía la edición en papel. La edición electrónica no impone restricciones numéricas y su actualización puede ser inmediata. Lo importante es que los datos que manejemos sean reales y objetivos.

¿Cómo planea involucrar a la comunidad lingüística y a expertos en la actualización del diccionario, y qué importancia le asigna a la participación externa en este proceso?

Esa participación externa es fundamental, el diccionario es de los hablantes y para los hablantes. Existe la posibilidad de enviar propuestas de novedades o de enmiendas a UNIDRAE: cualquier persona o entidad puede comunicarse con la Unidad Interactiva que aparece en la página del DLE. Y se atienden todas las peticiones que llegan. El Instituto de Lexicografía analiza esas propuestas, comprueba su uso efectivo en los corpus y, si se constata su empleo, prepara la ficha léxica que pasa después a las comisiones. Además, estamos en la era digital: las consultas al DLE que no han tenido respuesta nos dan pistas de aquellas palabras o lemas que faltan por incluir, aparte de que la comparación con los corpus actuales, como el CORPES XXI, nos permite dilucidar y extraer de ellos numerosos neologismos y creaciones léxicas inéditas que se han ido consolidando en el tiempo y que deben pasar a formar parte de la nómina del diccionario.

Agradecemos desde el Instituto de Estudios Canarios la disponibilidad y atención que nos presta siempre Dolores Corbella.